jueves, 29 de octubre de 2009

La manipulación de los medios nos hace vulnerables.

El otro día vi un video sobre el estado de la costa de Dénia, Valencia.

http://www.lasextanoticias.com/videos/ver/el_mar_se_come_denia/200921

Es curioso como el video se centra en el cambio climático y la subida del nivel del mar como los principales culpables del estado de la playa.
Eso es mentira.

La verdad de la situación en la costa de Dénia y en otras muchas costas de españa en general y de la vertiente mediterránea en particular es otra bien distinta.

Desde los años 50 empezamos a construir en la costa, desde los 80 de manera desaforada, muchas construcciones se hicieron encima de dunas. Las dunas son un reservorio natural de arena y esto ayuda, cuando se producen temporales, a reestablecer el equilibrio de la costa.

Además como tener un barco mola, ligada a la construcción desaforada en el litoral, se empezó a construir un gran número de puertos deportivos, hasta 10 cada 100 kilómetros. Claro que para tener un puerto necesito diques y espigones, o también llamados cortes transversales en la dinámica litoral, lo que impide un transporte de áridos.

Una vez tenemos la costa llena de casitas y puertos (deportivos en su mayoría), llega la hora de poder pasear entre la playa y las casas, pero sin mancharnos los pies de arena ni estropearnos los zapatos con el salitre. Construyamos pues paseos marítimos (también llamados por el Ministerio de Medio Ambiente Rural y Marino, mejora de la fachada marítima), a lo que se dedica actualmente el 80% del presupuesto que va dirigido a conservación de la costa.
Una vez tenemos la costa moldeada a nuestra imagen y semejanza nos damos cuenta que ¡la playa se está quedando sin arena!
La solución-parche para unos es tirar arena (total como es dinero que viene de arriba al ser la costa Dominio Público Marítimo Terrestre, qué más da) y se forman así unas regeneraciones de playa millonarias que es básicamente lo más parecido a tirar millones al mar.
La solución para otros es la retirada sostenible de las zonas sensibles, es decir, dejar la costa con sus dunas y reducir el número de puertos, y por tanto, de espigones. Esta solución es mucho más económica a medio y largo plazo, pero como lo que importan son los votos, se desestima por completo.
Pues en esas estamos, diciendo que la culpa de todo la tiene el calentamiento global (que no digo que un aumento de la temperatura no produzca dilatación en el agua y por tanto aumente el nivel medio del mar), pero en este caso la culpa de la costa de Denia la tiene una nefasta política de costas.
Hace muchos años, el 28 de julio de 1988 entró en vigor una ley, llamada Ley de Costas. En España no la cumple nadie (bueno de vez en cuando tiran la casa de una pobre gente que llevaba ahí viviendo toda la vida y cuyas viviendas no afectan en absoluto al equilibrio costero), veáse el Algarrobico en Almería. Pero a esto le dedicaré su página especial.
En fin, que no nos engañen, que las cosas no son como las pintan, aquellos que tanto se quejan son parte del problema, lo peor de todo es que lo saben y nos toman por idiotas.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Arrancar siempre cuesta.

Empezar algo nuevo siempre ilusiona, al mismo tiempo genera cierta tensión. Y uno no sabe como empezar, qué decir, cómo ser original, creativo, innovador y todas esas cosas que cada vez son más difíciles de lograr en la sociedad actual donde lo más fácil es el plagio.

Acabo de crear mi blog, para llevar mi ambiente a tu medio, para encontrarte en la red. Para que me encuentres tú a mi. Para que juntos podamos debatir y para poder conocerte y conocerme.
Porque aquí ni tú tienes cara ni yo tengo nombre.

Aquí ser libre es fácil.

Ser yo es dejar que fluyan mis pensamientos.

Ser tú es tan fácil como un comentario...

Bienvenido a mi ambiente, espero ser tu medio.